miércoles, 5 de noviembre de 2008

Dulce final.


No soy mas que nieve
como el invierno crudo y frío
confusa de impulsos,
cellada de emociones.

Una noche eterna de luna
y ausente de estrellas
rodeada por las dulces sombras
que me acompañan
tan dulces y anheladas silenciosas
como el viento
oscuras y penetrantes,
cuando el frío encadenaba mi cuerpo,
cortaba mis venas, yasía en felicidad...
como en el último suspiro,
sentía el deseo...
me armaba y desarmaba a mi mísma
parte por parte,
sería ahora un rompecabezas.

No encontré un principio ni final para mis días
sólo era uno... el más eterno
el más hermoso,
de ninguna forma buscaría
las respuestas a tales interrogantes
sólo lo dejé ser.

Emboltorio de ningún regalo...
y otro vaso vacío.
La ansiada lluvia que envuelve el cielo
de éste desierto,
caía de un planeta azul
que llegaba a mí para confundir
las lagrimas de mis ojos marchitos,
y al fín agonizar en mi boca sedienta
de palabras que de mí se querían librar.

Aturdida grité al cielo
no me quieras enloquecer...
esto no es verdad!
Nada puede ser tan bueno.
Cuan alusinantes
y bellas imagenes estallan
en mi mentey mis ojos ciegos,
solo ven con el alma.
Muda por decir tantas cosas...
y a la véz nada
yo estaba undida en el paraíso
sonidos, sonidos y esas sombras
dulces sombras siempre a mi lado
y cuanto tiempo yo las he esperado
anhelé hasta las venas de mi frío cuerpo
se desangraran poco a poco.
Este eterno invierno será solo mio
será el último, y el que siempre yo he amado.

Neutra sensacion de placer
la satisfaccion vencerá
mi placer de todo ésto...
No trates de enloquecerme ni al viento
esto no puede ser tan bueno.

¿Por qué crees que con el sucio otoño
las hojas de los árboles caeran?
y el imperial sol me derretirá
volveré a evaporarme entre rayos luminosos
y a esperar otro invierno más.

1 comentario:

Xaj dijo...

Evaporaciòn, sì.

Muy pretenders lo tuyo.

Saluditos.