martes, 30 de diciembre de 2008

miércoles, 31 de diciembre de 2008
En octubre de 2005 Stephenie Meyer publicaba “Crepúsculo”, su primera novela. Su protagonista era Isabella Bella Swan, una chica de 17 años enamorada de Edward Cullen, aparentemente un adolescente solitario y atormentado como muchos. Pero su rebeldía resulta tener causa: Edward es un vampiro, aunque sin los típicos tics y tips. Por lo pronto, puede hacer vida normal a plena luz del día, tampoco tiene colmillos ni la facultad de transformarse en murciélago, y le gusta estudiar medicina. Eso sí, bebe sangre. Y su primer impulso al conocer a Bella es saciar con ella una sed que se reconforta sólo con sangre animal, nunca humana. “Crepúsculo” se convirtió, de la noche a la mañana, o del mordisco a la succión, en un auténtico fenómeno editorial, erigiéndose en la primera piedra de una nueva saga literaria seguida por miles de fans irreductibles. Por el momento hay cuatro libros, que podrán ser traducidos a cuatro películas. ¿Harry Potter? Cosa del pasado.




Kristen Stewart y Robert Pattinson, la chica
y el vampiro de un megaéxito literario
que acaba de ser traducido a su primera película.

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